Pedro Zárate Tequitlalpa es un Fisioterapeuta egresado de IPETH, que fundó la exitosa clínica de rehabilitación Kivdont.
Y aunque sus inicios en la carrera de Fisioterapia no pueden considerarse típicos, nos cuenta en esta entrevista cómo “un chico común, como él” se enamoró de esta profesión, la manera en que superó los obstáculos más comunes al momento de emprender y su recorrido hasta convertirse en el actual presidente de la primera Asociación de Fisioterapeutas del Estado de Puebla (AFIP).
IPETH: ¿Por qué elegiste estudiar Fisioterapia y cómo llegaste a IPETH?
PZ: Fui futbolista semiprofesional en diversos equipos y desde muy niño tuve la desgracia de estar varias veces lesionado. Fue cuando descubrí lo que era una rehabilitación y decidí que, si no jugaba futbol, estudiaría algo afín a lo que veía y a quienes me trataban.
Por ese deporte, tuve la oportunidad de salir de Puebla. El último estado donde estuve fue Jalisco, y regreso de Guadalajara a Puebla al concluir la preparatoria. No quería estudiar, pretendía tomarme un año sabático, pero de la nada mis papás me llevaron a IPETH.
Yo ya había investigado la escuela 2 años antes, cuando regresé de Estados Unidos y conocí a un egresado de IPETH. Entonces fuimos y ese mismo día quedé inscrito y listo para estudiar la carrera.
IPETH: ¿Habías buscado otras opciones para estudiar Fisioterapia? ¿Qué fue lo que más llamó tu atención de la institución?
PZ: No. Tenía consciencia de que existían otras escuelas, pero ni siquiera volteé a ver otras instituciones. Fui directo, pues siempre estuvo ligado al área deportiva, que era de donde yo venía.
IPETH: ¿Cómo fue el inicio de tu vida profesional? ¿Qué retos encontraste?
PZ: Como la gran mayoría de mis compañeros, adapté algo en casa, en un cuarto coloqué la camilla y demás.
La parte difícil al empezar a obtener mis propios ingresos y establecer el costo de las sesiones, fue decidir qué compraba o no compraba. Tienes que ser lo más maduro posible para saber dónde invertir ese dinero, porque como chavo lo que fácil llega, fácil se va.
En lo profesional, primero darte cuenta que esto (la Fisioterapia) sí funciona. Y segundo, entender la responsabilidad que tienes hacia esa persona que viene a ti por una necesidad. En eso fue un parteaguas la oportunidad de hacer servicio en una institución grande, educativa y deportivamente.
IPETH: ¿El servicio te acercó a lo que esperabas de la carrera?
PZ: Si le preguntas a alguien que viene del área del deporte o quiere dedicarse a esa área, ese es el sueño: trabajar en un equipo deportivo, de futbol profesional, olímpico y otros.
Yo lo encontré en el área universitaria, aunque no tenía ni en cuenta que existía. Sobre todo, aquí, las instituciones le dan relevancia a la medicina deportiva. Puebla es un estado donde cada persona invierte mucho en lo deportivo. Eso te abre el panorama, las personas y médicos te empiezan a conocer.
Es importante la relación que puedas formar durante tus prácticas y servicio social.
IPETH: Sobre tu clínica Kivdont, ¿cómo inició la idea para emprenderla?
PZ: Surgió durante mis prácticas, hice amistad con algunos médicos y con fisioterapeutas que me invitaban a prácticas y aprender de ellos. –Ahora ya no son mis jefes, son mis amigos y compañeros–.
Cuando estuve en la clínica Recovery, por parte de IPETH, y en otras instituciones, me sorprendí con el nivel de la medicina deportiva y su enfoque universitario. Conocí a más personas y entré a una clínica fuera de la ciudad, en los alrededores de la comunidad de Acatzingo, como a 45 minutos de Puebla capital. Iba una vez a la semana, poco a poco, desde un año y medio antes de egresar. Hablamos de 2016, inicios de 2017, cuando comencé a ganar experiencia y confianza.
Fue un poquito difícil por la ubicación y que la población de las comunidades de ahí acuden más con los hueseros.
Fueron 3 años, porque me quedé un año y medio después de egresar. Entonces, cuando terminé la carrera, yo ya tenía una base de experiencia, un poquito más de confianza y profesionalismo.
IPETH: ¿Así comenzó la formación de tu clínica?
PZ: Fui hablando con mis compañeros, “necesito ayuda 1 o 2 horas”. Esas 2 horas se convirtieron en 3, después en 4 y en 5.
Llegó un momento donde mi compañero y yo ya estábamos todo el día. Después se unieron otras 2 compañeras y así, hasta que me di cuenta de que, sin querer queriendo, se emprendió. Fue sin que yo estuviera consciente.
Un año después de la apertura de la clínica, me enfoqué en estudiar sobre emprendimiento. Tomar cursos y diplomados de emprendimiento en el área de la salud y la cuestión administrativa. La carrera te prepara, pero afuera puedes requerir más.
Prácticamente, Kivdont existe desde 2019, pero emprender no empezó ese año. Esto empieza desde el minuto 1, cuando dije sí a acompañar a un médico o a un fisio. Eres el YVM, el “y veme a traer esto”, “y veme a traer lo otro”, pero adquieres habilidades para atender pacientes.
La Fisioterapia se redondea, porque tienes un buen criterio clínico, pero lo difícil es dar un buen servicio. Eso es algo que me inculcaron mucho mis “senseis” y lo agradezco en la actualidad.
IPETH: ¿Lo que tu aprendiste tratas de inculcarlo a los jóvenes que hacen sus prácticas contigo?
PZ: Trato de enseñar a los chicos que el paso para crear la clínica no fue de un momento a otro. Fueron 3 años, casi sin que me diera cuenta.
IPETH: ¿Qué te motivó a crear Kivdont?
PZ: Fuera de lo económico, IPETH tiene algo muy importante: te planta una semilla que es la competitividad, pero sobre todo, ayudar.
Llevo años egresado y sigo aprendiendo su eslogan: ayudar es una forma de vivir.
En su tiempo no lo entendía, hasta que, cuando estaba en Acatzingo, llegó una persona y en vez de pagar de forma común, me dio un guajolote. Y otra me dio gallinitas, y otra me dio zanahorias…
Porque la rehabilitación es una inversión fuerte por la vía privada, pero por desgracia no al alcance de todos. Mi principal motivación fue poder ayudar a más personas.
Mi objetivo sigue siendo el mismo. Y tengo que crecer, también como empresa, para seguir ayudando.
IPETH: ¿Cuál ha sido tu mayor reto al fundar Kivdont?
PZ: Lo legal que incluye el permiso de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) y el del Servicio de Administración Tributaria (SAT) y pagar impuestos. Es difícil, pero uno se acostumbra.
Por ejemplo, ahora tengo la fortuna de dar trabajo y me preocupa que un día sin tantos pacientes, podría no alcanzarme para los sueldos de los 4 fisios que trabajan conmigo.
Todos los que empezamos un emprendimiento desde cero vemos que es un poco difícil, porque no tienes o desconoces cómo es una inversión.
IPETH: ¿Qué le dirías a quienes aseguran que no hay empleo para los fisioterapeutas en México?
PZ: Que no es sólo en esta carrera. Así como en muchas partes no hay trabajo, existimos muchos otros que nos preocupamos por las nuevas generaciones y creamos empleos, emprendimientos que ayuden a los de atrás.
Es algo que enfrentamos todos. Yo trabajé de mesero durante mi carrera porque tenía esa hambre de crecer. Y si las oportunidades están en otro estado, pues empiezas desde cero; pero de que hay trabajo, lo hay.
Nadie se muere de hambre estudiando cualquier cosa, simplemente es explotar las habilidades que cada uno tenemos.
IPETH: ¿Cuál es tu consejo para las personas que quieren emprender como tú?
PZ: Primero, ser muy abierto. Siempre hay problemitas, pero con mente abierta ves que no sólo hay trabajo en lo clínico, está lo docente, venta de equipo a fisioterapeutas… la carrera es grande.
Lo importante de emprender es no creer que se necesita dinero, se necesitan más las habilidades que el dinero.
Y el consejo principal es seguirte preparando, porque las bases las da la carrera, pero debes generar tus habilidades, mejorar tus debilidades y apoyarte en tus aptitudes.
IPETH: Sobre estas habilidades y aptitudes, ¿cuáles fueron las herramientas que te brindó IPETH que fueron clave en tu desarrollo profesional?
PZ: En palabras coloquiales, además de la semilla de ayudar, ser entrón. Siempre tener un objetivo. Mis profesores me contagiaron esa hambre de mejorar continuamente.
A manera de despedida, Pedro nos habló acerca de sus funciones como presidente de la AFIP, a la que se unió hace apenas 2 años como enlace entre la asociación y el gremio de fisioterapeutas, y en la que actualmente, como una forma de compartir sus aprendizajes y facilitar el camino para los jóvenes, su tarea principal es velar por los estudiantes de Fisioterapia, generando proyectos de becas, de educación continua, estadías para los alumnos foráneos que residen en Puebla y trabajar en pro de la carrera.
“Yo la vivo (la carrera) de lunes a domingo y lo que quiero es regresar un poquito de lo que me ha dado, porque ser fisioterapeuta es difícil, pero no imposible, se puede lograr. Quiero que los jóvenes vean que, si yo pude lograrlo, ellos también pueden”.