¿Estás yendo al gimnasio o quieres empezar a entrenar? Seguro has escuchado sobre la hipertrofia muscular. Este término se refiere al crecimiento del tamaño de los músculos gracias a un entrenamiento bien estructurado y a una alimentación adecuada.
Muchas veces se cree que basta con levantar pesas para lograr resultados, pero la realidad es que la nutrición representa más del 60% del proceso. ¿Y los suplementos? Apenas el 5% del resultado.
En este artículo aprenderás qué es la hipertrofia muscular, cómo funciona y cuáles son los principios básicos de nutrición que debes seguir para que tu esfuerzo en el gimnasio realmente se note.
¿Qué es la hipertrofia muscular?
La hipertrofia muscular es el aumento del tamaño de las fibras musculares debido a un estímulo constante, normalmente a través del entrenamiento de fuerza.
Cuando realizas ejercicios como sentadillas, press de banca o dominadas, estás generando pequeños daños en las fibras de tus músculos. Al descansar y alimentarte bien, el cuerpo repara esas fibras haciéndolas más grandes y resistentes.

¿Por qué la nutrición es clave en la hipertrofia muscular?
Imagina que tus músculos son como un edificio en construcción. El entrenamiento sería el trabajo de los obreros, pero la nutrición son los ladrillos y el cemento que permiten que el edificio crezca. Si no das a tu cuerpo los nutrientes necesarios, por más esfuerzo que hagas en el gimnasio, los resultados serán mínimos.
Los tres pilares de la nutrición para la hipertrofia muscular son:
- Proteínas, el material de construcción de los músculos.
- Carbohidratos, la principal fuente de energía para entrenar con intensidad.
- Grasas saludables, ayudan a producir hormonas clave para el crecimiento.
Veamos un poco más sobre cada uno:
Proteínas: el bloque fundamental
Las proteínas son indispensables para la hipertrofia muscular porque aportan los aminoácidos necesarios para reparar y hacer crecer las fibras musculares.
¿Cuánto necesitas?
Para jóvenes de 17 años a 24 años que buscan ganar músculo, se recomienda consumir entre 1.6 y 2 gramos de proteína por cada kilo de peso corporal al día. Por ejemplo, si pesas 65 kg, deberías consumir entre 104 y 130 gramos diarios.
¿De dónde obtenerlas?
- Pollo, carne magra y pescado
- Huevos
- Lácteos como yogur griego o queso cottage
- Leguminosas (frijoles, lentejas)
- Suplementos como proteína en polvo (opcional, nunca sustituyen la comida real)
Carbohidratos: tu combustible principal
Un error común es pensar que los carbohidratos engordan y evitarlos por completo. En realidad, para la hipertrofia muscular son esenciales porque te dan la energía necesaria para levantar más peso y recuperarte después.
¿Cuánto necesitas?
Entre 4 y 7 gramos por kilo de peso corporal al día, dependiendo de la intensidad de tu entrenamiento.
Mejores fuentes de carbohidratos complejos:
- Avena
- Arroz integral
- Pasta y pan integral
- Papa y camote
- Frutas y verduras
Consumir una buena porción de carbohidratos antes y después del entrenamiento ayuda a rendir más y a recuperarte mejor.

Grasas saludables: la clave hormonal
Las grasas también juegan un papel vital, aunque muchos las temen. Sin ellas, el cuerpo no puede producir correctamente hormonas como la testosterona, que es crucial para la hipertrofia muscular. El cálculo sería entorno 0.5-1 g x kg/peso corporal.
Fuentes recomendadas:
- Aguacate
- Aceite de oliva
- Nueces, almendras y cacahuates
- Semillas de chía y linaza
- Pescados grasos como el salmón
Lo ideal es que entre un 20 y 30% de tus calorías provengan de grasas saludables.
La importancia de la hidratación
Un punto que muchos pasan por alto es el agua. El músculo está compuesto en más de un 70% por agua, si no estás bien hidratado, tu rendimiento disminuye y la recuperación se hace más lenta.
Se recomienda beber al menos 2 litros de agua al día, aumentando la cantidad en días de entrenamiento intenso.
Descanso y constancia: la otra mitad de la ecuación
Aunque la nutrición es fundamental, no olvides que la hipertrofia muscular también depende de dormir bien y ser constante en el entrenamiento. Dormir entre 7 y 9 horas es clave para la recuperación y el crecimiento.
Además, no esperes resultados inmediatos. La construcción muscular es un proceso lento que requiere paciencia, pero si combinas alimentación adecuada, entrenamiento inteligente y descanso, los resultados llegarán.
Concéntrate en consumir suficientes proteínas, carbohidratos de calidad, grasas saludables y agua todos los días. Sé disciplinado, constante y paciente. Con cada comida y cada entrenamiento estarás un paso más cerca de construir el físico que deseas.
¿Te gustó el artículo?
Mantente cerca de IPETH y aprende mucho más sobre el mundo del deporte.