¿Qué es la anatomía palpatoria y cómo se realiza?
En el ámbito de la salud, la anatomía humana es una de las ciencias básicas más importantes, ya que gracias a ella se conoce la morfología, relaciones y funciones de las diferentes estructuras del cuerpo.
Se podría decir que la anatomía palpatoria es llevar todos estos conocimientos a la práctica, lo que la vuelve fundamental para comprender la organización de tejidos, órganos, aparatos y sistemas que componen a cada individuo. Gracias a esta rama, el ser humano puede mantenerse sano y tratar enfermedades.
¿Qué es la anatomía palpatoria?
La anatomía palpatoria es la disciplina que examina la forma, relieves y marcas de las superficies corporales a través de una exploración manual para ubicar, reconocer y delimitar las estructuras anatómicas y las relaciones que guardan entre sí.
Gracias a las capacidades sensitivas de los distintos campos receptivos de la mano humana, se pueden tomar como punto de referencia las zonas anatómicas con características sanas para reconocer aquellas en las que se han presentado dolencias o afecciones.
Por ello, resulta vital que el fisioterapeuta aprenda a confiar en sus propias manos, ya que las palpaciones brindan datos inherentes a la integridad de la estructura corporal, tales como:
- Localización de puntos óseos.
- Temperatura de tejidos.
- Reconocimiento de texturas.
- Sensibilización ante resistencias y movimientos.
- Relación entre tejidos vecinos.
¿Qué es la anatomía palpatoria?
Como mencionamos antes, la mano cuenta con distintos receptores: los de disparo rápido, es decir los de tacto fino y presión; y los de adaptación lenta, conocidos también como mecanorreceptores y nociceptores, los cuales evitan que la señal palpatoria se difumine con los dedos.
En la anatomía palpatoria se busca adaptar estas distintas zonas de la mano para percibir las señales que se obtienen de las palpaciones y realizar una correcta evaluación de los traumatismos o afecciones del paciente.
Para esto, se deben tomar en cuenta factores indispensables como:
Detección
Para asegurar un diagnóstico que favorezca los tratamientos y/o técnicas aplicadas en el paciente, el fisioterapeuta también desarrolla la capacidad de correlacionar su conocimiento anatómico con su sentido del tacto.
Primero, se debe llevar un proceso de evaluación unilateral por medio del tacto y la presión, en la que el profesional de la salud debe mantener una mente abierta para disminuir prejuicios que obstaculicen su percepción, es decir, confiar en sus palpamos.
Luego, es precisa una retroalimentación con el paciente que le indique si las áreas palpadas producen dolor y a qué profundidad de palpación se presenta la dolencia.
Reconocimiento de hallazgos
Es aquí cuando la práctica es interpretada por la teoría.
Una vez consciente de las características de cada zona anatómica del paciente y reconocidas sus dolencias, el fisioterapeuta procede a la etapa de identificación.
Se deben relacionar los datos que apuntan las señales palpatorias con los conocimientos sobre posibles patologías que se pueden presentar en el sistema musculoesquelético. De esta manera, se confirman los hallazgos y se elimina información irrelevante para proceder a diseñar un tratamiento.
Tipos de palpación
Ahora bien, existen distintos tipos de palpación asociados a un estímulo de estiramiento que distiende los músculos rígidos, favoreciendo así la evaluación palpatoria.
Haremos una explicación de los más relevantes categorizándolos por grado de presión y tipo de exploración:
Palpación en pinza
Palpación plana o superficial
Palpación profunda
Tipo de exploración
Para esto se deben tomar en cuenta las estructuras que se van a examinar, puesto que pueden ser arterias, venas, tendones relacionados con músculos y ligamentos asociados con articulaciones. Entonces se decide por uno de los dos tipos de palpación exploratoria:
Manual
Tacto
Ya que la fisioterapia se basa en una labor manual y multidisciplinaria, debe prestar principal atención a la ubicación de las estructuras con las que trabaja, esto le dará al fisioterapeuta los cimientos para un tratamiento adecuado y eficaz.
Es así como la anatomía palpatoria brinda un aporte clínico relevante para el desarrollo del fisioterapeuta, ayudándolo a reforzar sus nociones sobre las distintas estructuras del cuerpo humano y, así, decidir las técnicas y tratamientos de fisioterapia adecuadas a las necesidades del paciente.
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